
Un legado que perdura
La Tradición no es solo un emprendimiento. Es una historia familiar, es memoria y oficio. Fernando siguió los pasos de su abuelo (o más bien, se unió a él) para darle continuidad a un proyecto a través del cual fabrican cepillos y artículos de limpieza hechos a mano y 100% compostables.
Por Verónica Tchakirian
El abuelo de Fernando lleva 58 años fabricando escobas artesanales. Cuando tenía 16, se fue a vivir a la fábrica de escobas de un amigo donde, además de aprender el oficio, también salía a ofrecerlas como vendedor ambulante.
Con el advenimiento de la “era del plástico”, elementos como escobas y cepillos hechos a mano fueron sustituidos por este material que nos parecía maravilloso, higiénico y, sobre todo, económico. Fueron muchos años de consumir y tirar artículos plásticos casi descartables.
Hoy sabemos que la mayoría de las piezas de plástico que se han hecho en la historia aún existen. Gestionar el plástico que usamos invariablemente en nuestra vida diaria es un desafío. Racionalizar su uso depende de cada uno de nosotros y es nuestra opción elegir artículos de materiales biodegradables y más duraderos o seguir acumulando residuos plásticos en el planeta.
Por eso, hace 5 años, cuando Fernando vio que ninguno de los 13 nietos iba a continuar con el oficio del abuelo, decidió ponerse a aprender con él. Haber sido artesano le facilitó el camino que se propuso emprender y hoy es quien lleva el negocio adelante. Su primo Gustavo Martínez, un amigo llamado Eduardo de León y el abuelo Alberto Martínez completan este equipo de 4 que integran “La Tradición Cepillos”.
Con materiales naturales como maíz de guinea, cerdas de caballo y bambú, entre otros, fabrican desde cepillos para pelo de bebé hasta la escoba más duradera y rústica para ambientes exteriores.
Dentro de la variedad de artículos que venden, también cubiertos y peines de bambú, cepillos para vajilla, lavavasos de fibra natural, limpia botellas o biberones, cepillos de uñas, cepillos para masajes, cepillo de barbero y el articulo insignia: la escoba. Además, crean y desarrollan nuevos productos constantemente. Todo en materiales naturales, biodegradables y con diferentes propiedades de acuerdo con su uso.
Ya parecen lejanos los días en los que Fernando salía a vender de noche con un carrito en su bicicleta por pizzerías y panaderías. Hoy, sus días transcurren atendiendo pedidos por redes sociales, haciendo entregas y también fabricando y creando nuevas soluciones para consumidores más conscientes.
Sienten que su oficio es cada vez más valorado, no solo por conciencia ambiental en aumento sino también por la revalorización de lo hecho a mano, de volver a los orígenes.